Humanismo, la justicia en el cine: Fundación Independiente
Fotograma de la adaptación cinematográfica de «Matar a un ruiseñor» |
Empezó Encarna después del primer tráiler diciendo que en la justicia había que hacer abstracción de los sentimientos, puesto que, al tratarse de películas americanas, los abogados defensores, ante sus jurados hacían apelación a los sentimientos y los valores de la gente para defender a su cliente ante el jurado, sean o no culpables. Pues la Justicia debe amparar a los derechos fundamentales, estableciendo una clara distinción entre lo justo y la Justicia. El juez en todo caso debe limitarse a aplicar la Ley.
Antonio claramente planteo el tema de la diferencia entre la Justicia americana y la continental europea, en la primera predomina la jurisprudencia. En la segunda el derecho codificado, que como diría luego Encarna, garantiza la seguridad Jurídica, pero que en opinión de Antonio la sociología produce cambios tan rápidos que lo que valía hace diez años, hoy, ya ha cambiado, como ocurre con temas como el medio ambiente o como la igualdad de genero que hasta muy recientemente, no eran la base de los pleitos, como ocurre con temas que se van volviendo obsoletos con en la película matar a un ruiseñor, donde Gregory Peck, defiende a un negro acusado de violación por la blanca que intentó ligar con él, aunque luego su sentimiento de culpabilidad racial le llevo a denunciarlo. Hoy no se plantea casi ya el tema racista, pero siguen existiendo temas como el de la “manada “que no se plantaban en el pasado.
La justicia española de la que por alguna extraña razón no plantea en su cine, la resolución de pleitos locales, quizás por falta de interés para nuestros cineastas, la aplicación de una justicia codificada, que lleva a hacer crecer exponencialmente el tamaño de los Códigos vigentes, que están perpetuamente añadiendo leyes de los distintos parlamentos. Antonio pide el uso más frecuente de la jurisprudencia o al menos la generalidad de las leyes que permitan al juez una mayor libertad de interpretación.
Encarna por otra parte defiende la conducta de Orson Welles, que hace una defensa objetiva ante un jurado, Orson Welles fue el padre del cine moderno. Su aportación a la historia e incluso a la genética de este arte fue de tales dimensiones y su radicalidad tanta, que nada de cuanto ocurrió en el cine después de su tempestuosa irrupción en él en 1940 pudo desprenderse, ni siquiera para abominarla, de su abrumadora presencia. Y nen en el caso Below, defiende la discusión de un abogado jefe con sus colaboradores de que hay que defender a una persona, aunque sea culpable de un delito horrendo, o se le haya encontrado sobre el cuerpo del delito.
Respecto a los nuevos retos de la justicia, aparecen temas como el de la contaminación que en las películas son mas bien transaccionales entre abogados y perjudicados, dependiendo del dinero que se pueda pagar por quien contamina, pero se considera menos importante, el resolver el origen de la contaminación que tendría que desaparecer, más que la reparación económica de sus consecuencias. En ese tramo solo aparece un juez al que el abogado le dice Usted tendrá que decidir, cargándole toda la responsabilidad de su decisión. Otro tema planteado es la participación de la mujer en trabajos o deportes, ocupados mayoritariamente por hombres como es el caso de las mineras o de las jugadoras polo sobre hielo.
Finalmente, el debate derivó a considerar que España había avanzado mucho en su nivel de defensa de los derechos fundamentales, sobre todo lo que concierne al papel de las mujeres, lo que es bueno y pertenece a la Sociedad civil, la responsabilidad de seguir avanzando situándonos como ahora entre los primeros quince países del mundo, sobrepasando a naciones como Italia, por ejemplo. De forma que lo que se le pide a la Justicia es que se active y se ponga al día en los avances sociológicos del pueblo español, cosa que parece se está logrando ya. Fue una sesión de lleno absoluto y de una gran atracción y diversión para los asistentes. De forma que felicitar a los ponentes y a la Fundación Independiente por este importante éxito en el debate público.
Bernardo Rabassa