- Nació en San Cristóbal de la Laguna (Tenerife) el 5 de julio de 1779, era hijo de don José Llarena y Mesa, director del Jardín Botánico y uno de los asiduos de la Tertulia de Nava. Se distinguió sobremanera por su afición a los trabajos estadísticos, publicando una obra importante: Estadística sobre las Islas Canarias.
Fernando Llarena y Franchy fue el más joven de los diputados canarios que promulgaron la primera Carta Magna de España (19 de marzo de 1812, Cádiz). La Constitución, también conocida como ”La Pepa” contó con 10 títulos y 384 artículos.
El catedrático de la Universidad La Laguna, Manuel Hernández ,destaca de este hombre moderadamente liberal una de sus propuestas: Abogó por la restauración de la Intendencia de Rentas de Canarias para limitar el poder de los Capitanes Generales.
Pero Hernández matiza, y habla también de un Fernando Llarena y Franchy liberal pragmático y posibilista como la clase social acomodada de la que procedía. Era partidario de las libertades mercantiles y de la liberalización de la propiedad privada, apoyaba la libertad de imprenta y la abolición de la Inquisición, pero era partidario de limitar la participación política a los sectores acomodados.
Único seglar de los cuatro canarios
Fernando Llarena y Franchy fue el único seglar de los diputados canarios en las Cortes de Cádiz y el más joven de todos ellos. Natural de La Laguna, donde nació el 5 de julio de 1779, era un hacendado cuya residencia principal y el grueso de sus propiedades se hallaba en la villa de La Orotava. Con anterioridad a las Cortes fue oficial del Crédito Público y oficial de la Contaduría General en Cádiz. Era amigo personal del célebre diputado liberal Agustín Argüelles, que le regaló su reloj.
Diputado por La Palma
Fue elegido diputado a Cortes por La Palma, jurando su cargo el 8 de septiembre de 1811. La más significativa de las proposiciones que desarrolló fue la de la restauración de la Intendencia de Rentas de Canarias para limitar el poder omnímodo de los capitanes generales, que controlaban la hacienda pública después de la supresión de la Intendencia tras el motín de Ceballos de 1823, en que se asesinó su único y efectivo Intendente.
Manuel Hernández recuerda que Llarena y Franchy, defendió también la declaración de Puerto de la Cruz como puerto habilitado para el comercio con las Indias, tráfico del que había sido prohibido por el reglamento de 1718. Otra de sus intervenciones más notables fue la defensa de su pariente y paisano Domingo Monteverde cuando se autoproclamó capitán general de Venezuela en plena Guerra de Independencia de ese país.
En contra de la Inquisición
Liberal moderado, votó a favor de la abolición de la Inquisición y apoyó la erección de una diócesis en La Laguna. A su retorno a las Islas ejerció como contador de Hacienda e intendente de la provincia. Se vió envuelto en pleno Trienio liberal en un enigmático proceso, acusado de conspiración independentista, del que resultó absuelto. Casado en La Palma por poderes con Manuela Massieu y Tello en 1815, falleció en su ciudad natal sin descendencia el 26 de febrero de 1851.
Fernando Llarena y Franchy vivió las tensiones de las dos corrientes en las que se movían el resto de sus compañeros canarios (Key Muñoz, Gordillo y Ramos y, Ruiz de Padrón): Los que quería romper con el Antiguo Régimen y los que aún mantenían preceptos absolutistas. Quizá y según Manuel Hernández, una de las actuaciones más relevantes de este diputado sería su firme negativa a continuar con el tribunal eclesiástico: la Inquisición.
Aunque fue diputado por La Palma defendió con vehemencia los planteamientos de la elite lagunera en materias como la capitalidad de la provincia de Caracas o la erección del Obispado de La Laguna. Por sus vínculos familiares americanos fue partidario de la autoproclamación de su pariente Domingo Monteverde como capitán general de Venezuela, a pesar de que las Cortes habían elegido a Fernando Miyares.